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lunes, 25 de febrero de 2013


Primary Prevention of Cardiovascular Disease with a Mediterranean Diet.

 

“An energy-unrestricted Mediterranean diet, supplemented with extra-virgin olive oil or nuts, resulted in a substantial reduction in the risk of major cardiovascular events among high-risk persons”.

 

Observational cohort studies and a secondary prevention trial have shown an inverse association between adherence to the Mediterranean diet and cardiovascular risk. We conducted a randomized trial of this diet pattern for the primary prevention of cardiovascular events.

In a multicenter trial in Spain, we randomly assigned participants who were at high cardiovascular risk, but with no cardiovascular disease at enrollment, to one of three diets: a Mediterranean diet supplemented with extra-virgin olive oil, a Mediterranean diet supplemented with mixed nuts, or a control diet (advice to reduce dietary fat). Participants received quarterly individual and group educational sessions and, depending on group assignment, free provision of extra-virgin olive oil, mixed nuts, or small nonfood gifts. The primary end point was the rate of major cardiovascular events (myocardial infarction, stroke, or death from cardiovascular causes). On the basis of the results of an interim analysis, the trial was stopped after a median follow-up of 4.8 years.

The effect is enhanced with virgin olive oilA total of 7447 persons were enrolled (age range, 55 to 80 years); 57% were women. The two Mediterranean-diet groups had good adherence to the intervention, according to self-reported intake and biomarker analyses. A primary end-point event occurred in 288 participants. The multivariable-adjusted hazard ratios were 0.70 (95% confidence interval [CI], 0.54 to 0.92) and 0.72 (95% CI, 0.54 to 0.96) for the group assigned to a Mediterranean diet with extra-virgin olive oil (96 events) and the group assigned to a Mediterranean diet with nuts (83 events), respectively, versus the control group (109 events). No diet-related adverse effects were reported.

Among persons at high cardiovascular risk, a Mediterranean diet supplemented with extra-virgin olive oil or nuts reduced the incidence of major cardiovascular events.

 

Full article in this link of The New England Journal of Medicine:


 

 

La dieta mediterránea reduce los infartos e ictus un 30%

 

El efecto se potencia si se enriquece con aceite de oliva virgen y frutos secos no fritos.

 

Emilio de Benito, Diario El País de 25.2.13

 

Los beneficios de la dieta mediterránea salen reforzados del último estudio que se ha hecho sobre ella. El llamado Predimed no es un trabajo más: es el mayor que se ha hecho en España, con 10 años recogiendo datos de casi 7.500 personas. Y al conclusión es que cuando el régimen alimenticio se enriquece con aceite de oliva y frutos secos la proporción de accidentes cardiovasculares (ictus e infartos) baja un 30%.

 

El trabajo, con financiación principal del Instituto de Salud Carlos III pero en el que han participado 200 centros -el Centro de Investigación Biomédica en Reb de Nutrición y Obesidad, (Ciberobn), el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC), la Universidad de Navarra- y han financiado la Fundación Mapfre 2010, la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía, el departamento de Salud Pública de la Consejería de Salud de Cataluña, la Generalitat Valenciana y el Gobierno de Navarra se ha publicado en la revista New England Journal of Medicine.

 

El estudio partió de que toda la población comía lo mismo, y se midió qué pasaba cuando se alejaban del patrón. Este se fijó en función de 14 productos, cuya ingesta se siguió durante casi cinco años para cada uno de los participantes. Esta especie de lista control de lo que es la dieta mediterránea está formada por 10 gramos de aceite de oliva virgen al día, 10 de aceite de oliva refinado, 25 gramos de frutos secos, 125 de vegetales, 60 de pan integral, 60 de cereales refinados o patatas, 40 de legumbres, 125 de frutas, 125 de pescado o marisco, 150 de carne o derivados, 50 de dulces o bollería, 200 de lácteos y un consumo de alrededor de 9 gramos de alcohol. Al ver si los voluntarios se separaban o no de este modelos se pudo relacionar con su estado de salud.

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